12.7.11

Mauricio Vico, diseñador:

“Yo creo que el rótulo de artista te lo da la sociedad”


Es el actual subdirector subrogante del Departamento de Diseño de la Universidad de Chile. Gentil, atento, conversador e inagotable proveedor de opiniones nos habló acerca de su trayectoria, de su relación con la docencia, de su amor por el arte y de su visión actual del diseño en Chile.


Por Julián Ramírez


Nos recibe en su departamento en Providencia. Inmediatamente nos cautiva con una infinidad de conocimientos que están relacionados a sus profesiones: el arte, la historia, el diseño y la pintura. Es Mauricio Vico, que con tan sólo 49 años es un destacado diseñador gráfico, licenciado en Teoría e Historia del Arte, licenciado en Estética y próximo a titularse de doctor en Investigación de Diseño.




¿Por qué estudió Licenciatura en Teoría e Historia del Arte?
Siempre me atrajo el arte. Cuando chico me gustaba pintar, dibujar y además tenía inquietud por la historia. Pero mis padres me metieron al Instituto Nacional para que yo después estudiara una carrera tradicional, por lo mismo mi decisión trajo conflictos con mi familia. Finalmente me decidí por la licenciatura en Historia del Arte, que mezclaba mis dos pasiones: la pintura y la historia.


Luego de estudiar esta carrera, su espíritu inquieto y artístico siguió creciendo. Ingresó a estudiar Diseño Gráfico. Para Mauricio esto era como una práctica y también la representación de la solvencia económica.

Y luego estudió Estética ¿Por qué? ¿Tan grande es su vocación y rigor hacia el arte?
Yo sentía que debía reforzar mis discursos sobre el arte, sobre la pintura y pensé que me faltaba esa parte. Tener un discurso acerca del concepto de la belleza y del arte en Chile.

¿Podría contarnos un poco acerca de su trayectoria como multi-profesional?
Con el tiempo me he dado cuenta de que tengo esta capacidad de ser multi-profesional, como dices. A pesar de ser versátil, de haber hecho libros, por ejemplo, lo que más me llena es la parte creativa. Me gusta mucho la docencia también. Ambas cosas me realizan como profesional.



Ha colaborado como coautor de diversos libros. De su autoría recomienda “Un grito en la pared”, obra que es parte de su tesis doctoral, realizada junto a su amigo Mario Osses y según él, es el libro que más satisfacciones le ha traído.

¿Qué lo llena más: ofrecer charlas, hacer clases o publicar libros?
Yo creo que todo está al mismo nivel. Todo me llena; hacer clases, hacer cosas constantemente, y estar pintando también me complace totalmente.

¿Se considera un artista verdadero? ¿Un tipo talentoso y poseedor de un don especial?
No, para nada. Yo creo que el rótulo de artista te lo da la sociedad. No siento que sea una profesión. No me siento un tipo talentoso, en lo absoluto. Yo creo en el trabajo, no en el talento. Yo no creo en esa especie de aura que rodea a la gente que se dedica al arte. La base del éxito es el trabajo.


Hoy trabaja en el Departamento de Diseño de la Universidad de Chile. Día a día vive en contacto con los alumnos. Junto a Juan Guillermo Tejeda, Director del departamento y uno de los grandes referentes del diseño en nuestro país, están empeñados en hacer que esta Escuela sea la mejor de Chile.

¿Cómo ve a las nuevas generaciones de diseñadores en nuestro país?
Pienso que hay gente joven muy talentosa. Hay que darle los espacios. Finalmente serán ellos los que renovarán el diseño en Chile. Hay una parte importante de jóvenes diseñadores que están aportando al hacer cosas diferentes, cosas más innovadoras, más creativas.

¿Cree que esta creatividad que ve en los jóvenes se potencia con las mallas curriculares de diseño en las universidades?
No. Responden a necesidades de los años ochenta y noventa. No se han modernizado. Carecen de profundidad y desarrollo personal. Los jóvenes hoy están construyendo sus propias redes y uno sigue insistiendo en enseñarles una sola cosa. Falta reflexión, teoría e historia del diseño. Más análisis, y eso es difícil.

¿Cómo anda Chile respecto de las grandes naciones en términos de diseño? 
Creo que compararse con los grandes centros de producción cultural  es un error. Hay que pretender ser como es uno. Me parece bien tener referentes, pero para superarse, no para empezar a copiarlos. Ahí está el gran valor del diseño: ocupar de otros aquello que necesitas para crear algo nuevo, algo propio y distinto.  

¿Se puede llegar al nivel de los grandes referentes? 
Evidentemente que se puede. Hay que tener voluntad y coherencia interna entre quienes tienen que ver con el mundo del diseño. Cuando se logre esa consistencia, el diseño chileno podrá tener una presencia muy relevante en el mundo. Por ejemplo en el tema de los carteles. Ahí pareciera ser que Chile es un referente, sobre todo con el cartel izquierdista, el de la Unidad Popular.

¿El Estado hoy en día contribuye formalmente y de manera importante en las escuelas de diseño?
No. El diseño es una disciplina recién aparecida en la asignación de recursos del Estado. Estos fondos están dirigidos hacia las ciencias exactas, las ciencias duras. El arte hace poco construyó un marco de seriedad, por decirlo así, frente al Estado. Y eso le impide ser tomado muy en serio.  



La conversación no concluye. Mauricio Vico nos muestra algunas de sus pinturas y reflexiona: “El arte intenta transmitir algo. No es arte la pieza artística en sí, sino lo que busca transmitir. Por eso el arte es cultura, porque transmite cosas, sensaciones y emociones.”
Finalmente posa para la cámara fotográfica y nos brinda un cordial y conclusivo apretón de manos, agradeciendo el encuentro.

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