12.7.11

Ricardo Oyarzún: un diseñador atípico

Se ha convertido en uno de los diseñadores de vestuario más reconocidos de la última década. No en vano desde el año 2000 en adelante ha sido elegido como productor general de Vestuario del Festival de Viña del Mar. Pero el éxito de Ricardo Oyarzún Droguett provoca variadas reacciones en el mundo del diseño de vestuario.
Algunos lo alaban, otros lo critican. Lo cierto es que Oyarzún hace caso omiso a las críticas, aun cuando provengan de su enemigo número uno: Miguel Ángel Guzmán.

Por Washington Guerra


Las desavenencias entre ambos se remontan al año 1994, cuando Guzmán era el diseñador oficial de Miss Chile, que en ese tiempo lo organizaba la revista Paula. Entonces la producción del evento le pidió a un novel Ricardo Oyarzún hacer unas mallas, y a los pocos días éste se ofrecía para diseñar el traje típico que usaría la ganadora de esa edición.

El ofrecimiento de Oyarzún fue, en primera instancia, rechazado por los organizadores, pero la insistencia de éste terminó por convencer a la producción: Oyarzún hizo el traje típico que la entonces Miss Chile Constanza Barbieri usó para el Miss Universo que ese año se desarrolló en Manila, Filipinas y, de paso, le quitó trabajo a Guzmán. “Yo me ofrecí para hacer el traje típico de la Miss Chile, pero jamás pensé que el diseñador oficial del evento era Miguel Ángel Guzmán. Quizás ahí comenzó la mala onda de él hacia mí”, cuenta Oyarzún, instalado en su abultada oficina de Providencia.

Quizás por eso, Guzmán cada vez que puede repasa a Oyarzún, como cuando este último celebró sus quince años de carrera con un desfile de modelos vestidas de vírgenes. “El desfile de vírgenes que él hizo fue a pito de nada. Uno no parte una colección diciendo ‘hoy voy a hacer un desfile de vírgenes’, mañana voy a hacer uno de mascotas’, etcétera. No hay coherencia en sus desfiles”, señala Guzmán.

De diseñador gráfico a diseñador de vestuario

Oyarzún ha vestido a Cecilia Bolocco, a Raquel Argandoña, a Karen Doggenweiler, entre otras mujeres de la televisión, pero lo que pocos saben es que él realmente es diseñador gráfico, no de vestuario.
Eso, al menos, dice su titulo de la Universidad de la Frontera, que es donde estudió. Sí, trabajó unos años como diseñador gráfico, pero sólo algunos. “Ricardo comenzó trabajando haciendo vitrinas, en varias tiendas de calle Matucana. Trabajaba para Americanino, Lee, Maricler, etcétera, que eran tiendas importantes de entonces”, recuerda Jorge Acevedo, amigo de Oyarzún hace más de treinta años, y quien es una especie de cuidador del atelier del artista.
Pero la vocación de Oyarzún estaba en el diseño de vestuario. Por eso decidió poco a poco inmiscuirse en este mundo, y ya con el respaldo de trabajar para el Miss Chile su carrera creció rápidamente y las ofertas de trabajo comenzaron a aumentar.

Junto con el notorio aumento de trabajo, Oyarzún necesitó la ayuda de terceros, porque la demanda era mucha y sólo no daba abasto. Por eso no dudó en recurrir a su hermana, Luz, también diseñadora de vestuario, quien no sólo le ayuda en temas de vestuario, sino que le administra el taller y es una especie de ‘agenda humana’. “Ricardo es muy ‘cabeza de pollo’. Siempre se le olvidan las cosas, es despistado, a veces se le queda el celular o la billetera en la casa y ahí yo debo mandar a alguien de confianza para que la vaya a buscar”, narra Luz.

Sin embargo, lo que jamás se le olvida a Ricardo es el alimento para Lucas, su perro, de raza shar pei, que lo acompaña a todas partes. “Lucas es el hijo de Ricardo. Lo cuida, lo baña, lo lleva a todas partes, incluso parte con nosotros a Viña en periodo de Festival”, agrega Luz.
Pero los cercanos al diseñador no sólo dicen que es olvidadizo. También señalan que es un hombre llevado a sus ideas. “Es imposible hacerlo cambiar de opinión cuando toma una postura en relación a algo”, añade Acevedo.

Visiones diferentes

En lo que compete plenamente a la profesión, Ricardo Oyarzún tiene una postura clara: “yo no trato de imponerle a la gente el concepto de vestirse así o asá. Yo me declaro como un diseñador antimoda, de ahí que viene un poco mi visión diferente del diseño con mis colegas, ellos tratan de imponer moda, yo no creo en la moda, creo que el diseñador es un artista que tiene que atender a sus clientes de forma personalizada. Cada persona es un mundo distinto, por su cuerpo, por su personalidad, entonces cada persona necesita un diseño distinto y yo no puedo imponer una moda para que anden todos uniformados y todos vestidos prácticamente iguales, con los mismos colores”.  

Sin embargo, esta postura es debatida por Miguel Ángel Guzmán. “Creo que ese comentario tiene que ver desde la perspectiva de un vestuarista. Un diseñador de vestuario de formación jamás diría eso. Es una observación muy desafortunada. Por eso él no califica como diseñador, si ni siquiera hace colecciones. Reitero, él es un vestuarista, no un diseñador”, afirma Guzmán. 


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